24/7/11

Sakura no kogasu yoru ni: CAPITULO 2

kaedenozomu

Kaede: Te tardaste, idiota.

Seiichi: Ah… es que estaba la chica rara… ya sabéis, la que no habla.

Shana: Ella es una integrante del club de periodismo, lo decía en el papel.

Seiichi: ¿Ella? ¿Una chica tan callada? Además estaba sola en la clase, ¿No debería haber ido al club?

Shana: No lo sé. Por cierto, recordad mañana lo de unirse al club.

Seiichi: Por cierto, mi casa está al girar la esquina.

Kaede: Ya veo

Al llegar, las chicas se sorprendieron al ver el tamaño de la casa.

Kaede: ¿Alguien tan simple vive en una mansión tan grande? –Preguntó estupefacta.

Seiichi: Oye tú… en fin, entremos.

Seiichi abrió la puerta y vio a su madre, Kazumi, justo delante, ordenando los zapatos de la zapatera. El aspecto de ella sorprendió a las chicas, ya que ella no era la típica madre de 40 años, delantal y pelo recogido en cola de caballo. En su lugar, era rubia, muy joven, y usaba ropa muy juvenil.

Kazumi: Oh, Seikun, bienvenido.

Seiichi: Mama, traje a 2 amigas, ¿puedo llevarlas a mi habitación?

Kazumi: -Mirando a las chicas- 2 amigas… chicas… oye ven un momento. –Tras decir eso, jaló del brazo a Sei y se lo llevó al salón.

Kazumi: ¿Qué intereses tienes al traer a 2 chicas a casa… no será que quieres hacer un trío con ellas?

Seiichi: Te equivocas mamá, ellas…

Kazumi: No, lo sé, sé lo que hacen los jóvenes de tu edad cuando llevan a una chica a su cuarto…

Seiichi: esto… solo vamos a estudi… -Fue interrumpida por su madre.

Kazumi: ¿Estudiar? No me lo creo…

Seiichi: Mama…

Kazumi: Estudiar anatomía femenina y conocimiento sexual, ¿verdad? acabo de cambiar tu edredón así que... –Kazumi se volvía cada vez más paranoica.

Seiichi: Créeme, mama, suspendí matemáticas y ellas me ayudarán a estudiar.

Kazumi: Ya veo, entonces ve. –Dijo, cambiando su cara aterradora y poniendo una sonrisa aun más escalofriante.

Kazumi era amable y buena mujer, pero se volvía paranoica por el miedo que tenía a que su hijo se convirtiera en un delincuente, o que dejara embarazada a una niña. Irónicamente, ella era una delincuente de joven. Ambos regresaron al vestíbulo.

Kazumi: Hola, soy Kazumi Sorazaki, la mama de este inútil, encantado de conocerlas.

Shana: Yo soy Shana Momizi, un placer conocerla, suegr… digo, madr… digo, señorita. –Dijo nerviosa y sonrojada.

Kaede: Me llamo Kaede Nozomu, mucho gusto.

Kazumi: Vaya… que niñas tan lindas, iré a preparar algo para todos.

Kazumi sonrió y se fue a la cocina, arrastrando por la oreja a Seiichi. Las chicas se quedaron mirando con caras de reacción. En la cocina, le dijo a Seiichi “Son buenas chicas, buena suerte en conquistarlas.” mientras ponía una cara terrorífica y levantaba el dedo pulgar. Después de eso, Kazumi se quedó preparando algunos dulces y Seiichi se llevó a las chicas a su habitación. La casa tenía 3 dormitorios, 2 baños, cocina, salón-comedor, y ático. Después de subir las escaleras llegaron a ella

Kaede: -Chasqueando la lengua- Que habitación más simple.

Seiichi: Bueno, perdona.

Shana: Ehhh, a mi me gusta…

Al fijarse en la cama, Kaede se fijó en una especie de libros o revistas que sobresalían debajo de la misma.

Kaede: ¿Qué es eso que sobresale? ¿Son libros de estudio? –Dijo mientras gateaba para cogerlos.

Seiichi: ¡NO! ¡No los toques! –Gritó, nervioso, aunque ya era demasiado tarde.

Kaede: Ah… son revistas porno… que tipo tan desagradable…

Shana: no pensarás… en hacernos co-cosas como l-las que hacen en esa r-revista, verdad? –Preguntó, asustada y sonrojada.

Kaede: Que demonios… todas son chicas con dobles coletas… -Dijo, sorprendida.

Seiichi: ¡No es lo que piensan! es solo… una casualidad… ¡yo no las traje para eso!

Kaede: No te preocupes, si intenta hacernos algo, lo mataré. –Contesto con una risa maliciosa y un aura maligna en su rostro.

De repente la madre de Seiichi abrió la puerta de golpe, asustando a todos.

Kazumi: mierda, no les pillé en pleno acto. –Dijo mientas ponía una cara molesta y mordía su pulgar- Como sea, aquí les traje los dulces, son hechos a mano, así que espero que les gusten.

Seiichi: Gracias, mamá, pero toca la puerta la próxima vez.

Kazumi: ¿Eeeeh? Así no es divertido. -Tras esto, se fue de la habitación.

Shana, Kaede: Gracias, mama de Seikun.

Las tres empezaron a comer dulce y quedaron maravilladas con su sabor, de hecho, sabía tan bien porque Kazumi trabajaba antes en una pastelería a media jornada.

Después de los pasteles, empezaron a estudiar, aunque con las constantes bromas de Seiichi a Kaede, y Shana calmándola, el progreso fue reducido… la tarde cayó y Kaede y Shana ya se iban a marchar para descansar en casa.

Shana: Seikun gracias, me divertí mucho estudiando y escuchando tus bromas. –Dijo sonriendo.

Seiichi: No fue nada, ustedes sois las divertidas.

Kaede: Seiichi… eres un idiota. –Kaede parecía lucir triste- Pero te tengo envidia… tienes una madre linda y buena, y que cocina rico… ah, olvídalo, estaba hablando conmigo misma. –Fingiendo una sonrisa.

Seiichi: S-si… -Dijo algo desconcertado.

Shana: Vamos, Kaede.

Kaede: Si… bueno, hasta mañana.

Seiichi contemplo como las jóvenes se alejaban poco a poco, en la distancia, una tercera forma aparecía… estaba corriendo… y venia en la dirección contraria… cuando se acerco, se dio cuenta de que era María, la cual estaba regresando a casa después de estar tanto tiempo fuera.

Seiichi: Oye… ¿Dónde habías estado? Es tarde.

María: En casa de mi amiga Asakura-chan, estudiando. Lo siento, se me fue el tiempo volando sin darme cuenta. –Mará sonrió con inocencia.

Seiichi: Ya veo… yo también…

María: No será… que esas chicas lindas con las que me crucé… ¿son tus novias? –María puso una cara celosa.

Seiichi: Novias no. Son amigas, estábamos estudiando.

María: que alivio… quiero decir, ignora lo que acabo de decir. –Tras decir eso se fue corriendo, sonrojada.

Seiichi: ¿Huh?

María: hermanito tonto… -Dijo para si misma mientras subía su cuarto- Si tan solo…

Al día siguiente, al terminar las clases, Seiichi, Shana y Kaede decidieron ir al cuarto del club de periodismo a unirse. Tocaron la puerta del club, y no tardó en abrirles una belleza con lentes.

Ai: ¿Vienen a unirse? –Preguntó la chica sonriendo.

Seiichi: S-sí. –Dijo el joven con voz temblorosa a ver a tan agraciada chica.

Pero él no estaba nervioso por eso… esa chica, es como si la hubiese visto o conocido antes, como una sensación familiar, tal vez por su seductora voz, o por el olor del perfume de cerezas que tenía... La chica reaccionó del mismo modo que él.

Al rato Kaede habló enojada.

Kaede: Oye maldito pervertido, entrégale los formularios de inscripción de una santa vez.

Seiichi: ¿Eh? Ah… si.

Seiichi entregó los papeles de inscripción y entraron al club.

Ai: Gracias: Ah, mi nombre es Ai Kumako, podéis llamarme Aiko, si queréis.

Kaede: ¿Y los miembros del club?

Ai: Ah… solo somos 2… los anteriores miembros eran 3 años mayores y se graduaron…

Shana: ¿Y quien es el otro miembro?

Ai: Ah si… se llama Kyouko Saoru.

Seiichi: ¿Esa niña rara está en el club?

Ai: Si… es un poco rara… pero en los pocos días que lleva aquí ya ha escrito el mejor artículo desde la fundación del club… o eso dicen los profesores…

Kaede: Supongo que son de esas personas que se comunican mejor escribiendo que hablando.

Ai: Huh… hablando del rey de roma

Como si de un fantasma se tratase, Kyouko apareció de la nada, y sin saludar ni mirar a nadie, se sentó en su asiento.

Shana: Sin duda… -Dijo en referencia al comentario de Kaede.

Ai: jeje… bueno ¿Qué tal si nos ponemos a ello? El periódico no se hace solo. –dijo sonriendo con amabilidad.

Sakura no kogasu yoru ni: CAPÍTULO 1

zzz1

La historia se desarrolla en una pequeña ciudad llamada Suzume, llamada así por la gran cantidad de gorriones que habitan allí. El sol iluminaba una nueva mañana, el olor de las gotas de rocío sobre las hojas de los árboles daba al aire un aroma gentil. En una casa, ni demasiada modesta ni excesivamente rica, vive un chico de 15 años llamado Seiichi Sorazaki, el cual se acababa de mudar a la ciudad debido a que antes vivían en un pueblo aislado e ir a la ciudad a por bienes conllevaba altos gastos.

Seiichi, más conocido por todos como Sei o Seikun, es un chico normal, pelo negro desordenado, ojos simples, complexión normal, con buen carácter pero algo sarcástico, que vive con sus padres y su hermana pequeña, y tiene unas notas promedio… un chico excesivamente normal. También tiene deseos normales en chicos de su edad, como una tener novia que le acompañase a clases. Es por eso que él no soporta los cambios demasiado grandes… aunque él no sabía lo que le esperaba…

Su hogar nuevo era bastante grande. Se podían permitir algo así porque era una vivienda alquilada por unos familiares, los cuales hacían un descuento de un 75% al alquiler, que en otras circunstancias, sería imposible de adquirir para ellos.

En ese momento, el joven Sei estaba teniendo un sueño… no era un sueño normal… era un sueño recurrente. En él, una chica le abrazaba al atardecer, como consolándolo… pero ¿quién era ella? ni siquiera él lo sabía.

En ese mismo momento, María Sorazaki, su hermana pequeña de 14 años, empezó a zarandear a su hermano dormido. En realidad, ella es rusa y su nombre original era Masha Vasilieva, pero decidieron llamarla María por que era más sencillo.

María: Hermanito… ¡llegas tarde! –Exclamó la chica.

Seiichi: ¿huh? hmmmmm… quiero dormir… un ratito mas… -Tras decir eso se tapo la cabeza y se giró hacia la pared.

María: ¡DESPIERTA! –En ese momento, ella jaló el edredón de Seikun y lo tiro al suelo.

Seiichi: Aaaahhh mi cabeza, oye ¿Estás loca?

Tras discutir por un rato, Seikun y su hermana bajaron a desayunar. Su padre estaba de viaje de negocios así que desayunaban con su madre, la cual solía preparar tortilla o algo similar. Después de hablar con ella del colegio, marchó a clases corriendo. Seiichi se dirigió a la escuela de preparatoria, y su hermana a la de secundaria. Eran mediados de abril, no hacía mucho que el curso nuevo había comenzado, así que no conocía demasiado a los alumnos, aunque ya estaba empezando a hacer amistades con algunos.

Una de ellas era Shana Momizi, una chica de su clase, amable y dulce, muy guapa, de cabello largo rubio y atado en 2 coletas y ojos rojos. Resumiéndolo en pocas palabras, sería la chica que todo hombre desearía, por supuesto, eso incluye a Seiichi. A ella le gustaba Sei, a pesar de que recién se conocían, aunque ella es algo torpe en cuestiones amorosas, ya que no tiene ninguna experiencia.

Justamente, en mitad del camino, ambos se encontraron.

Shana: B-buenos días, Sei-kun. –dijo la joven con timidez

Seiichi: Buenos días. –contestó éste con una sonrisa en la cara

Antes de que continuaran, se oyó una voz detrás de ellos. Era Kaede Nozomu, otra chica de la clase amiga-rival de Shana y, por supuesto, toda una belleza. Tenía un aspecto loli-tsundere que atraía a muchos hombres de su clase, aunque ella siempre los rechazaba. Llevaba el pelo rosa con 2 coletas al igual que Shana, y un llamativo colmillo le sobresalía de la boca a veces. Ella y Sei no se llevaban muy bien, aunque era notorio de que a Kaede le atraía el joven, pero no podía decirlo por su personalidad fría.

Kaede: ¡Hola, ustedes dos! –Vociferó mientras se acercaba a ellos.

Shana y Seiichi: Buenos días.

Kaede: Vaya vaya… ¿yendo juntos a clase? ¿Sois una parejita? –dijo mientras ponía una sonrisa maliciosa.

Shana: n-no, solo nos… encontramos… -contestó nerviosa y sonrojada.

Seiichi: así es, Nozomu-chan, vaya vaya… ¿eres una malpensada?. –Respondió mientras se reía y se burlaba de Kaede.

Kaede: ¿q-que pasa? – respondió algo sonrojada y enojada, como tsundere que es.

Shana: vamos vamos, dejen eso, llegaremos tarde a la escuela.

Shana y Kaede al parecer ya se conocía desde antes de empezar el curso, aunque Seiichi no sabía nada debido a que era nuevo. Ambas chicas miraban fijamente y sonrojadas al chico nuevo, tal así que parecía que una batalla de amor se avecinaba próximamente.

Tras un rato de caminata, llegaron al edificio de la escuela, la cual no era muy diferente de otras escuelas normales. Y entraron en clase. Sei se sentaba pegado a la ventana, Kaede detrás de él en la penúltima fila, y Shana detrás de Kaede en la última fila. En la clase había más personas con las cuales Sei había hablado o entablando amistad, como por ejemplo, un chico con gorro llamado Hideki Kokonoe el cual aparte de ser el ídolo de las chicas de secundaria, era un chico comiquísimo.

También habían alumnos extraños, como por ejemplo Kyouko Saoru, la delegada de la clase, la cual era autista y casi no hablaba, aparte de tener unas enormes ojeras producidas por largas noches en juegos online. Incluso la mismísima profesora de la clase, Rin Mizuhashi, era bastante extraña.

De hecho, ella no se hizo esperar.

Rin: ¡Mocosos, vamos a empezar la clase!

Alumnos: Si… -con desgana

Eventualmente llegó la hora de descanso. Sei, Hideki, Shana y Kaede estaban hablando en clases.

Hideki: ¿Y ustedes no se unen a algún club? –Preguntó el joven. –Yo estoy en el club de ciencias ocultas, de hecho, tengo que irme corriendo. –Tras decir eso, el joven salió corriendo

Seiichi: Oye espera…

Shana: ¿Un club, eh? ¿Que opinan?

Kaede: Sería conveniente unirse a uno, así mejorarían nuestras notas.

Seiichi: Claro… tu tienes las peores notas de la clase… -Tras decir esto empezó a reír con maldad.

Kaede: ¿Quieres que te pegue? –Preguntó enojada, y gesticulando puñetazos con las manos.

Seiichi: Con esas manos tan pequeñas y lindas, no creo que puedas matar ni una mosca. –Tras decir esto recibió un duro golpe de Kaede, con la fuerza de 1000 hombres fornidos.

Kaede: C-cállate…-Dijo sonrojada.

Shana: Miren esto… -Shana retiró un papel de la pared y se lo enseñó al grupo.

Seiichi: ¿Club… de periodismo?

Kaede: A mi me parece bien, no sé, ser parte del periódico escolar se siente… genial.

Shana: Si, ¿verdad?

Seiichi: a mi me da igual, si vosotras os unís, yo también.

Shana: entonces decidido. –Shana sonrió.

De repente, un enorme ruido de terremoto interrumpió la conversación… provenía de la tripa de Kaede.

Kaede: -Sonrojada.- ¿Y-y si comemos ya?

Seiichi: Si, será lo mejor, o tus tripas romperán la barrera del sonido… ¡Auch! –Kaede le propinó un puñetazo.

Shana: -Riendo- ¿Tienes hambre, eh?

Kaede: Si… -Dijo mientras ponía una cara de “me rindo”

Después de comer, los 3 regresaron al aula y todo siguió normal hasta el final de clases, con la excepción de que Seiichi y Kaede fueron regañados por las notas bajas de sus exámenes.

Shana: Vamos vamos, no luzcan tan deprimidos.

Seiichi: Habló la única que sacó un 100.

Kaede: Yo no debo culpa, matemáticas es mi asignatura pendiente. –Mencionó enojada.

Shana: ¿Y si nos reunimos para estudiar?

Kaede: Es una buena idea. ¿Pero donde? Mis padres son unos idiotas que no me dejan vivir tranquila. –Dijo con una expresión triste.

Shana: Mi cuarto esta hecho un desastre… me da vergüenza… -Sonrojada.

Seiichi: Vengan a la mía, mi madre es muy amable y tenemos una casa espaciosa.

Kaede: Que remedio… -Suspiró.

Shana se percató de algo en ese momento, cuando ya habían dejado el instituto atrás.

Shana: Seikun. ¿y tu cartera?

Seiichi: ¡AHH! Es verdad, volveré al salón, esperadme un momento.

Kaede: No tiene salvación …

Seiichi volvió sobre sus pasos y regresó al instituto, una vez allí se fijo en que no había nadie… todos los estudiantes habían regresado a casa o estaban en los salones de club, aun así, el silencio predominaba, aunque Seiichi no le puso importancia y se dirigió a su salón de clases.

Una vez allí se fijo en que la chica extraña Kyouko Saoru aún seguía sentada en su pupitre. Seiichi agarro su maleta y se acerco a hablar con ella.

Seiichi: Esto… hola.

La chica no contestaba.

Seiichi: La clase terminó…

La chica seguía sin contestar.

Seiichi: ¿Oye… me estás escuchando?

La chica tampoco contestó.

Seiichi: Haz lo que quieras. -Le dijo a la chica, luego habló en voz baja- Niña loca… (Haciendo una broma con su nombre: Kyouki=loca; Kyouko=nombre de ella)

Cuando estaba pasando por el arco de la puerta, la chica habló.

Kyouko: Oye, chico nuevo, no todo en ciudad Suzume es lo que parece, y antes que preguntes, no es una amenaza, es una advertencia.

Su voz era muy seria, y también muy fluida. Lo que te podías esperar de alguien con esa apariencia era una voz débil y quebradiza, pero fue todo lo contrario.

Seiichi: Eres rara…

La chica no contestó esta vez.

Tras la extraña escena. Seiichi salio del instituto y regreso con las 2 niñas.